La invasión que cambiará las guerras | El Correo

2022-08-12 22:33:00 By :

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Carros de combate rusos T-72 destruidos en la carretera que va de Kiev a Irpin. / Z. Aldama

Una unidad acorazada en la carretera que va de Kiev a Irpín es la prueba de que la invasión rusa de Ucrania puede cambiar para siempre la forma en la que se hace la guerra. Cuatro blindados y dos tanques rusos T-72 han quedado reducidos a chatarra, y es casi imposible identificar como cuerpos humanos lo que queda de los militares que viajaban en su interior. Eso sí, el antebrazo ennegrecido de uno de ellos aparece a varios metros del vehículo acorazado, ennegrecido pero con el pulgar hacia arriba en un gesto tan inesperado como irónico. Un militar ucraniano le resta importancia: «Comida para los perros», sentencia sarcástico.

Un sargento se acerca para inspeccionar la credencial de prensa y responde a una pregunta clave: ¿un dron o jabalinas antitanque? «Javelin», afirma orgulloso en referencia a los misiles antitanque que están dando a los militares ucranianos una ventaja sustancial frente a los anticuados tanques rusos y que están proporcionados en su mayoría por las potencias europeas. «Es probable que el tanque haya caído en una emboscada con profusión de armas contra carro», analiza tras ver las imágenes proporcionadas por este periodista un alto oficial del ejército español que habla bajo la condición de anonimato.

Pero son los drones, muchos de ellos turcos, los que realmente están supliendo las grandes carencias del ejército ucraniano frente a la potencia rusa en esta invasión, que se parece mucho más a las contiendas del siglo XX que a la guerra híbrida que muchos vaticinaban. Ante el uso muy limitado de la aviación militar, estas aeronaves no tripuladas se han convertido en una pieza clave para destrozar tanques, y buena muestra de ello son todos los que han quedado desperdigados por los pueblos de los alrededores de Kiev, abiertos en canal o con la torreta separada del cuerpo.

Aunque los drones ya habían hecho su aparición en la invasión estadounidense de Afganistán, ahora marcan un punto de inflexión en los combates protagonizados por dos países con fuerzas más igualadas. No obstante, el oficial español sostiene que no convierten a los tanques en piezas obsoletas de la guerra. «Es como decir que la digitalización hace obsolescentes a los coches. Pues no. Los carros de combate dan movilidad a las unidades en sus acciones de maniobra. Proporcionan una combinación de protección, potencia de fuego y movilidad», explica.

El militar incide en que la estrategia ucraniana «es válida para una actitud defensiva, en la cual, utilizando las ciudades como puntos fuertes y con una fuerte organización del terreno, unidades pequeñas móviles con drones, armas contra carro y muy buena información, tienden emboscadas eficaces». Pero, si los ucranianos quieren realizar acciones de contraataque, también necesitan acorazados. Y, no en vano, también se ven aquí y allá, escondidos en el bosque o bajo una lona verde junto a los controles del Ejército.

«Maniobrar es el gran arte de la guerra, porque es mucho más sabio derrotar al enemigo dislocándole que destruyéndole, que también desgasta más», analiza el militar español, que ve en los tanques aún una pieza indispensable de esa estrategia. «No obstante, es evidente que el dron ha transformado radicalmente el espacio de batalla, porque los medios acorazados y mecanizados, basados en la superioridad aérea local, podían moverse con cierta libertad. Pero el dron introduce un factor tremendo de incertidumbre y de vulnerabilidad en esos medios, incluso cuando no se cuenta con superioridad aérea. Por eso, hay necesidad de un replanteamiento profundo de las tácticas, técnicas y procedimientos para que las unidades acorazadas puedan hacer frente a esta nueva amenaza», concluye, subrayando que lo visto en la guerra de Ucrania llevará al desarrollo de nuevas tecnologías para que los tanques vuelvan a ser más efectivos. Claro que, para Rusia, ya es tarde.